El distrito necesita imperiosamente de un camino de todo tiempo que permita a sus pobladores explotar el turismo que es una aspiración de mucho tiempo. Igualmente su aislamiento en días de lluvia impide una comunicación fluida con el resto del país y que la producción de la zona pueda ser comercializada normalmente en Pilar y otros mercados.
Los edificios más valiosos de esta histórica ciudad están ubicados en la ribera del río Paraguay. Recientemente fue construido un pedraplén de 200 metros que fue muy útil para evitar el derrumbe de lo que queda del templo San Carlos Borromeo, más conocido como “Ruinas” de Humaitá.
El aislamiento y olvido al que ha estado sometida la población durante mucho tiempo, hace que Humaitá se caracterice por la proliferación de “taperas”, casas y ranchos abandonados por los vecinos que las ocupaban, para migrar a otros países en busca de mejores horizontes. La población está constituida en su mayoría por adultos mayores que se resisten a abandonar su lugar de origen y los niños que han quedado a su cuidado.
Los jóvenes y adultos en edad de trabajar, en su gran mayoría se encuentran realizando actividades laborales en Argentina, España o en Asunción y otras ciudades del país, lo que genera la dolorosa separación de los miembros de las familias humaiteñas.
La “Sebastopol de América” ha pasado por dos épocas de florecimiento, una de ellas durante los años posteriores a la independencia y hasta la Guerra del 70, cuando la mayoría de sus vecinos murieron heroicamente, combatiendo a las fuerzas de la triple alianza y posteriormente en los primeras décadas del siglo pasado, con el crecimiento de la actividad comercial, tiempo en el que Humaitá llegó a ser la capital departamental.
MUELLE CLAUSURADO
Los visitantes aprovechaban el sitio para lograr las mejores tomas con las Ruinas y otros edificios como fondo. Igualmente los humaiteños piden continúe construcción del muro que protege al sector histórico de la ciudad.
Los 200 metros de pedraplén ejecutados recientemente permitieron proteger las Ruinas del Templo San Carlos Borromeo, un verdadero símbolo de la resistencia paraguaya en la Guerra contra la Triple Alianza.
ABC