Salto Cristal es una de las maravillas naturales más impactantes del departamento de Paraguarí. La aventura de llegar y disfrutar de sus aguas es una experiencia que bien vale la pena vivir.
PARAGUARÍ . Visitado por miles de personas que buscan un contacto con la naturaleza en estado puro, y aunque se debe pasar una serie de obstáculos para llegar hasta él, el Salto Cristal se convierte en uno de los mayores atractivos turísticos.
Está a unos 150 kilómetros de Asunción, asentado en la jurisdicción de Ybycuí, en la zona denominada Isla Ybaté, pero para apreciar este gran salto de agua se puede ingresar de hacia la ciudad de La Colmena.
El paseo es por demás atractivo para los seguidores de la aventura extrema y aquellas personas que amen el contacto directo con la naturaleza.
Está a unos 150 kilómetros de Asunción, asentado en la jurisdicción de Ybycuí, en la zona denominada Isla Ybaté, pero para apreciar este gran salto de agua se puede ingresar de hacia la ciudad de La Colmena.
El paseo es por demás atractivo para los seguidores de la aventura extrema y aquellas personas que amen el contacto directo con la naturaleza.
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Aunque pequeños, unos carteles guían a los turistas y aventureros para llegar. Se camina unos 9 km de tierra hasta un bosque donde está permitido acampar.
El majestuoso salto de 57 metros de altura, con chorros de agua cristalina, termina en una piscina artificial, circular, formada de piedras. En un sector, tiene 16 metros de profundidad.
Para llegar hasta esa parte del agua se debe bajar por unas improvisadas escaleras que no cuentan con la suficiente seguridad. Luego, se sigue por un sendero de unos 20 metros, también de piedra, para atravesar después una serie de obstáculos pétreos y el agua que fluye por pequeños canales.
Durante todo el trayecto los visitantes experimentan sensaciones únicas, en medio de una tupida vegetación donde convergen también distintas especies de árboles.
El paseo precisa de mejoras en su trayecto para que niños y personas con discapacidad física puedan disfrutar de este espectáculo.
Pero el mayor inconveniente para llegar es un puente que cayó y que los encargados sustituyeron por unas improvisadas maderas.
En medio del bosque hay un lugar ideal para hacer camping. Este sitio no cuenta con energía eléctrica, por lo que los visitantes deben llevar todo lo necesario.
La Secretaría Nacional de Turismo no cuenta con representación en el lugar.
Solo un personal de la propiedad privada cercana cobra G. 10.000 por persona para ingresar, y para estacionar vehículos G. 20.000.
ABC
El majestuoso salto de 57 metros de altura, con chorros de agua cristalina, termina en una piscina artificial, circular, formada de piedras. En un sector, tiene 16 metros de profundidad.
Para llegar hasta esa parte del agua se debe bajar por unas improvisadas escaleras que no cuentan con la suficiente seguridad. Luego, se sigue por un sendero de unos 20 metros, también de piedra, para atravesar después una serie de obstáculos pétreos y el agua que fluye por pequeños canales.
Durante todo el trayecto los visitantes experimentan sensaciones únicas, en medio de una tupida vegetación donde convergen también distintas especies de árboles.
El paseo precisa de mejoras en su trayecto para que niños y personas con discapacidad física puedan disfrutar de este espectáculo.
Pero el mayor inconveniente para llegar es un puente que cayó y que los encargados sustituyeron por unas improvisadas maderas.
En medio del bosque hay un lugar ideal para hacer camping. Este sitio no cuenta con energía eléctrica, por lo que los visitantes deben llevar todo lo necesario.
La Secretaría Nacional de Turismo no cuenta con representación en el lugar.
Solo un personal de la propiedad privada cercana cobra G. 10.000 por persona para ingresar, y para estacionar vehículos G. 20.000.
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